a.- Sin molde y sin compactación: Pared de mano, muro amasado.
Este muro se levanta sin la ayuda de ningún encofrado, simplemente amontonando porciones de barro, generalmente mezclado con fibras vegetales, sobre un zócalo de canto rodado, ladrillo o mampostería, que lo separa del suelo para evitar las lesiones producidas por las humedades, sean éstas originadas por capilaridad o por salpicaduras.
Sobre este zócalo previo se coloca tierra hasta alcanzar unos 60 centímetros de altura, se trabaja con la mano y se deja secar antes de añadir una nueva capa, para garantizar la estabilidad del muro.
Completado éste, se corta con una pala especial si su grosor y verticalidad no fueran los deseados.
Esta técnica, que no se da en España, es muy común en Francia, Irlanda y Reino Unido. Fue muy usada en etapas prehistóricas como muestran los yacimientos, donde suelen clasificarse como muros de tapia.
Para precisar si un muro macizo es una pared de mano o una tapia, hay que realizar una serie de análisis micromorfológicos que determinan si el muro sufrió o no compactación y el grado de humedad que experimentó durante la puesta en obra, no siendo válido solamente el criterio de considerar las posibles marcas de un encofrado, dudosas, casi siempre, puesto que hay una variedad de muro macizo que se encofra sin añadir después un proceso de apisonado.
Francés: Bauge
Inglés: Cob
b.- Con molde y sin compactación: tapia vertida, falsa tapia, tapialejo.
Se realiza el muro vertiendo una pasta de tierra mezclada con fibras y agua cuando está aún en un estado bastante líquido, por lo que es preciso asegurar un tiempo prudente de secado antes de desencofrar el muro. Mucho más barato que la realización de la auténtica tapia, que precisa un costoso proceso de compactación realizado por el artesano más hábil, y mejor pagado por ello, ha sido muy usado tanto en la construcción de viviendas como en la de edificios auxiliares tales como tenadas, colmenares, cuadras o almacenes.
c.- Con molde y con compactación: tapia.
La tapia es una técnica de construcción con la que se compacta, en capas sucesivas, un material, que no siempre es tierra, dentro de un molde llamado tapial. Por ello la denominación correcta es tapia y no tapial, error en el que no incurren muchos de los países de habla española que conservan mejor nuestra lengua común.
Si su denominación resulta confusa tampoco su origen es muy claro. Mientras que un grupo de investigadores la hace proceder de fantásticas etimologías, otro se empeña en adjudicar su primera aplicación al mundo romano. Los hechos irrefutables que muestran los yacimientos dejan bien claro que su inicio está en el oeste del Mediterráneo, en ambos lados del estrecho de Gibraltar, dentro de unas zonas que estaban sometidas al influjo fenicio primero y púnico después mientras que en las excavaciones realizadas en áreas coetáneas puramente romanas no aparece este sistema de elevar muros compactados dentro de un molde, lo que explicaría que Vitruvio no los cite y que Plinio el Viejo se admire ante la novedad de esta modalidad constructiva que él no vacila en adjudicar a los territorios de Anibal.
La etimología más sensata parece la que expone Sebastián de Covarrubias cuando considera la palabra tapia derivada de tabiya, término adoptado por el árabe que equivale a pared de tierra, como hizo constar el padre Guadix en el siglo XVI y tal como parece demostrar la permanencia de la palabra tabi en grandes zonas musulmanas, según comprobamos en los relatos de los viajes realizados en el siglo XIX por el espía Ali Bey.
André Bazzana recuerda que tabiya es un término bereber, muy usado en el Magreb u occidente del mundo islámico mientras que no lo utilizan las gentes del Machred, en tierras ya asiáticas, al oriente del área musulmana.
Varrón, Plinio y San Isidoro comentan que es una clase de obra común en Hispania.
Tipos de tapia
La variedad de tapias es enorme por lo que examinaremos sólo algunas de las más utilizadas en España, uno de los países europeos con más riqueza en técnicas y en edificios de tierra.
1.- Monolítica: cuando está totalmente hecha sólo de tierra compactada.
2.-Mixta: incluye otros materiales.
– Tapia militar: añade a la tierra gran cantidad de cal y material de machaqueo como fragmentos cerámicos, para aumentar la cohesión.
– Tapia real: mezcla cal con la tierra, bien en seco, antes de la puesta en obra, bien durante el desarrollo de ésta, añadiéndola en lechadas, generalmente, o en finas tongadas que alternan con las de tierra.
– Tapia calicostrada: es la que presenta una costra de cal al exterior que se obtiene o bien colocando este material en cordones sucesivos que se aplican al tapial antes del apisonado de cada capa o bien colocando la pasta de cal con una llana en el interior del encofrado, antes de iniciar su llenado con la tierra. La compactación logra que tierra y cal se mezclen totalmente en la cara del muro, por lo que este proceso se llama careado. Sin embargo, en muchas ocasiones no se realiza esta operación dejando la tapia descubierta, como ocurre en grandes zonas de Francia, o se ejecuta un revoco posterior al desencofrado, mucho menos duradero.
Es muy frecuente encontrar la errónea denominación de calicastrada para designar a este tipo de tapia, incluso en textos especializados. Si examinamos los escritos de tratadistas y recopiladores veremos que ésta no es una designación correcta.
– Tapia valenciana: Refuerza el exterior del muro colocando dentro del tapial, pero en la zona más externa, justo al lado del encofrado, una alternancia de medios ladrillos, tierra y cal. Por ello es habitual confundirla con obra de ladrillo.
– Tapia de rafas: lleva refuerzos verticales, realizados con garrofo y yeso, generalmente, conocidos como rafas.
– Tapia de brencas: en este caso los refuerzos de cascote y yeso se colocan en los ángulos inferiores del tapial, por lo que en el proceso de compactación del muro toman una forma tendida de media luna, que es como se denominan también este tipo de refuerzos.
– Tapias encadenadas: Forman cadenas constructivas con elementos verticales (machones de sillería, mampostería, canto rodado, ladrillo, madera o adobe) que se traban con otros horizontales, las verdugadas, generalmente de ladrillo. Los vacíos que quedan en estas tramas se llenan con tierra, muchas veces escasamente compactada, por lo que su ejecución es más rápida y más barata que la de la tapia monolítica.
Este sistema, peculiarmente español, fue imponiéndose al ir avanzando la reconquista cristiana de la península, lo que producía necesidad de nuevos edificios. Muchas veces era realizado por artesanos mudéjares que cobraban según su grado de maestría, totalmente equiparable al percibido por los maestros cristianos. Son las que vemos representadas en las miniaturas de Las Cantigas.
La presencia de un material más duro que la tierra cruda, como es el ladrillo, hace que habitualmente las agujas que sujetan el tapial se coloquen en esta capa, resistente a la erosión. Al extraer estos soportes permanecen abiertos en el muro los orificios que las albergaron, conocidos como almojayas, mechinales, opas, palomeras, etc, que generalmente son cerrados con una pellada de cal, un canto rodado, un fragmento de teja o un pedazo de ladrillo.
Es frecuente encontrar tapias combinadas con elementos de adobe, como machones o encintados, que generalmente son de otro color porque no todas las tierras sirven para las mismas técnicas, aunque es práctica común añadir o quitar determinadas sustancias para poder utilizar el material más próximo en la misma obra.
La palabra tapia acabó designando también una medida de superficie de 49 pies cuadrados, que por la costumbre terminó siendo considerada de 50, y además una medida de capacidad, la de un cajón que tenía 10 pies de largo,5 de alto y 3 de grueso.
Incluso se usó para medir las alturas de las construcciones, como ocurría con el estado, aunque durante el dominio musulmán en nuestra península se utilizó mucho el codo como medida, con gran tradición en los pueblos semitas. Al principio se prefirió la longitud del codo rassasí, de tres palmos, como comprobamos en la mezquita de Córdoba, donde está grabado en uno de los pilares para modular la obra. Luego se utilizó más el codo mamuní o codo negro, menos largo.
Alemán: Stampflehmbau
Francés: Pisé
Inglés: Rammed Earth
Italiano: Terra battuta, terra pestonata.
Portugués: Taipa
Otras tapias
Resulta habitual encontrar tapias realizadas con yeso en fragmentos, carbonilla y escorias, material machacado de diferentes clases incluso con conchas. Cuando los españoles llegaron a La Florida, antes de pasar a Méjico, no tenían piedra para levantar sus construcciones, que habían de ser seguras, por lo que emplearon una roca bastante deleznable, formada por acumulación de valvas de moluscos. Esta roca se fragmentaba y se utilizaba, por una parte para hacer cal y por otra para formar el árido que se compactaba en el molde, por capas, con ayuda de la cal en polvo obtenida por la calcinación de la parte reservada para ello. Es lo que los americanos denominan tabby, nombre de indudable ascendencia hispana, que designa esta técnica muy utilizada en la construcción española de las provincias norteamericanas, sistema que pasó también a los colonos ingleses y franceses instalados en zonas próximas. Además se fabricaron también adobes con este material para levantar las elementales construcciones que se destinaban a los esclavos de los europeos, que solían huir de las plantaciones para refugiarse en posesiones españolas, presentes en América del Norte hasta bien entrado el siglo XIX, donde eran tratados como hombres libres.